Soy Verónica y esta es mi historia…
Empezamos en mi adolescencia que fue cuando empezó a ponerse todo ‘raro’.
Todo había ido bien hasta ese momento, pero un día empecé a sentirme mal… sola, diferente, incomprendida. Era una sensación incómoda que no sabía describir con palabras, sensación de no encajar en ningún lugar, de no encontrar mi sitio.
Estaba perdida y confundida… no sabía cómo explicar lo que me pasaba, ni con quién hablar, ni cómo parar lo que me sucedía.
Los últimos años de la EGB sufrí ‘bullying’. Sentía una tristeza muy grande, sensación de vacío, incluso ¡querer dejar de existir!
Ese estado prolongado en el tiempo, derivó en una situación de inseguridad, miedo, dudas y ansiedad,
La ansiedad, fue el detonante para que mi familia decidiera que debía ir a ponerme en manos de una especialista y me llevaron a la psicóloga. Gracias a la terapia mi estado mejoró pero no podía dejarla.
La vida sigue… y el ‘bullying’ acabó, pero yo seguía sin un rumbo demasiado claro. Seguía sin encajar, sin encontrar mi sitio, me faltaba algo…
Me sentía sola pero no quería estarlo, así que pensé que si siendo yo no me iba bien, iba a inventar personajes para intentar ‘encajar’. Y así, iba cambiando de amigos y de personajes… cambié tantas veces que ya no sabía ni quién era ¡me perdí intentando gustar a los demás!
Y fui creciendo y a medida que crecía los personajes se volvían más ‘rebeldes’. Empecé a salir de noche… y bueno, la fiesta, el alcohol y el querer siempre ‘encajar’ me llevaron a decir mentiras, muchas mentiras, tantas que al final yo misma me las creía. Todo ese ‘cóctel’ provocó que pasara por experiencias complicadas y duras… drogas, abusos… ¡me quería morir! No morí pero entré en depresión.